jueves, 18 de octubre de 2007

“POBREZA, POBLACIÓN Y DESARROLLO SOSTENIBLE: PAUTAS DE CONSUMO Y PRODUCCIÓN INSOSTENIBLES.”


EL MEDIO AMBIENTE: UN DERECHO DE TODOS

Tanto el medio ambiente, como la fauna y la flora son considerados “intereses difusos o colectivos”, esto quiere decir que se trata de temas que no son atinentes a una persona en particular, sino a muchas que conforman una colectividad que puede verse afectada por la degradación del medio ambiente. Actualmente estos intereses difusos o colectivos son también llamados “derechos de incidencia colectiva”, con lo que destaca la consideración del medio ambiente como un derecho o facultad que tenemos todos y cada uno de nosotros.

En un primer momento sólo las Organizaciones No Gubernamentales (ONGs) podían solicitar reclamos al gobierno para proteger y hacer efectivos estos intereses. Hoy hay una tendencia universal hacia la protección de estos intereses mediante el reconocimiento de reclamos que pueden ejercer no sólo organismos colectivos (asociaciones), sino también los mismos particulares en forma individual. Esto nos lleva a plantearnos lo siguiente: ¿Si el medio ambiente es un derecho de todos, no es entonces, también, un deber de todos conservarlo, cuidarlo, mejorarlo y protegerlo?

Está visto que hoy en día el individualismo ha generado un desarrollo tecnológico sorprendente; ha expandido las ciencias y los conocimientos científicos; se ha logrado que la libertad sea un derecho inalienable reconocido a todos los hombres, lo que ha permitido, a su vez, que cada uno de nosotros desarrolle sus potencialidades hacia donde las quiere desarrollar y de la forma en que desea desarrollarlas. Pero también está visto que, el individualismo llevado al extremo, ha generado que la única preocupación de los hombres sea la propia suerte, dejando de lado, muchas veces, la preocupación por la comunidad; ha provocado también que la libertad garantizada por innumerables documentos no sea ejercida en forma responsable, y que esa irresponsabilidad no sólo perturbe la libertad de los demás individuos, sino que nuble a las futuras generaciones la posibilidad de vivir dignamente.

Con ésta introducción el objetivo es tomar conciencia acerca de los derechos que cada uno de nosotros tenemos y que por lo tanto podemos utilizar como un medio para participar, y a su vez resaltar que hoy el esfuerzo y la acción orientada a lograr cambios depende de cada uno de nosotros, de la sociedad civil. No nos conformemos con soñar un gobierno ideal que resuelva todos los problemas, sino seamos protagonistas de esta realidad que formamos todos, seamos cada uno de nosotros el motor del cambio que estamos buscando.

QUÉ ES EL DESARROLLO SOSTENIBLE

El desarrollo sostenible se define como “la satisfacción de las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para satisfacer sus propias necesidades”. Consiste, entonces, en satisfacer las necesidades de la generación actual sin dañar los recursos de la tierra en forma tal que impida a las generaciones venideras satisfacer las suyas. El desarrollo sostenible también subraya la equidad del desarrollo, es decir, considerar que disminuir la distancia entre los países ricos y los pobres es una forma importante de asegurar que las generaciones presentes y futuras puedan satisfacer sus necesidades.

El desarrollo sostenible es un llamamiento a adoptar un enfoque diferente del desarrollo y otra clase de cooperación internacional; reconoce que las decisiones que se adoptan en una parte del mundo pueden afectar a los habitantes de otras regiones.

ANTECEDENTES HISTÓRICOS

A fines de 1960 en las Naciones Unidas las prioridades comenzaban a compartirse: el objetivo original de mantener la paz y la seguridad cedía terreno al de promover el desarrollo económico y social.

En 1969 la Asamblea General había declarado, en la resolución 2581 (XXIV), que la Conferencia sobre el Medio Humano en 1972, en Estocolmo, debía “constituir un medio práctico de fomentar la actuación de los gobiernos y de las organizaciones internacionales encaminadas a proteger y mejorar el medio humano”.

La Conferencia de 1972 comenzó el 5 de junio, fecha que desde entonces se celebra anualmente como el día Mundial del Medio Ambiente. En esta conferencia fue la primera vez que se tuvo en cuenta la estrecha relación entre desarrollo económico y desarrollo ambiental. Su mayor logro fue la creación de un programa ambiental de las Naciones Unidas. El programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) sería la primera secretaría mundial de las Naciones Unidas ubicada en un país en desarrollo (Kenya fue el país elegido).

Luego de la conferencia los gobiernos dentro del ámbito de Naciones Unidas crearon un programa Ambiental (UNEP) que hasta el día de hoy sigue siendo un catalizador ambiental para la protección del medio ambiente

Alrededor de 1974, se crea en Nairobi el Centro de Enlace para el Medio Ambiente Internacional (CEMAI) como consecuencia directa de la Conferencia de Estocolmo. Se trata de una coalición mundial de organizaciones no gubernamentales cuyo objetivo es prestar apoyo a las organizaciones no gubernamentales dedicadas al Medio Ambiente y el Desarrollo, especialmente en los países en desarrollo.

En 1994 se realizó la Conferencia Internacional sobre La Población y El Desarrollo (CIPD), en el Cairo (Egipto), donde se desarrolló un enfoque integrado de la pobreza, la población y el desarrollo sostenible.

Más recientemente y considerando el informe de Brundtland de 1987, la Asamblea General llama a una Conferencia sobre Medio Ambiente y Desarrollo (CNUMAD) que terminó informalmente llamada Cumbre de la Tierra, y fue realizada en Río de Janeiro, Brasil del 3 al 14 de junio de 1992, convocando a 172 jefes de gobierno, junto a Organizaciones no Gubernamentales (ONGs). Los principales acuerdos realizados en Río fueron tres: El programa 21 (agenda 21), la Declaración de Río sobre Medio Ambiente y Desarrollo y la Declaración de los Principios Forestales.

Del 6 al 8 de septiembre del año 2000, los jefes de Estado y de Gobierno de los Estados miembros de Naciones Unidas se reunieron en Nueva York para dar forma a una Resolución en la cual se puntualizan ciertos objetivos para lograr un Desarrollo Humano Mundial. La Resolución 55/2 “Declaración del Milenio” contiene metas y plazos, con un plazo final para el año 2015, donde se plantean el cumplimiento de los Objetivos, en los porcentajes que plantea cada uno de ellos.

La Declaración del Milenio da lugar a la consagración de los 8 Objetivos de Desarrollo del Milenio, los cuales plantean los siguientes objetivos:1º Erradicar la pobreza extrema y el hambre; 2º Lograr la enseñanza primaria universal; 3º Promover la igualdad de oportunidades entre los géneros y la autonomía de la mujer; 4º Reducir la mortalidad infantil; 5º Mejorar la salud materna; 6º Combatir el VIH/SIDA, el paludismo y otras enfermedades; 7º Garantizar la sostenibilidad del medio ambiente; 8º Fomentar una asociación mundial para el desarrollo.

Por último también es necesario mencionar a la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible realizada en septiembre del 2002 en el centro de Convenciones de Sandton, en Johannesburgo (Sudáfrica), cuyo principal objetivo fue renovar el compromiso político con el desarrollo sostenible.

EL DESARROLLO SOSTENIBLE Y LA ERRADICACIÓN DE LA POBREZA.

Cada año, en los países en vías de desarrollo, nacen más de 20 millones de niños con insuficiencia de peso. En 2002 había 852 millones de personas subalimentadas en todo el mundo. En un quinquenio, la cifra creció en razón de 4 millones por año.

Entre las causas naturales del problema, las sequías ocupan el primer lugar. En materia económica, las orientaciones neoliberales impuestas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, con el consentimiento de los gobiernos locales, tienen una enorme gravitación en el aumento de la inseguridad alimentaria, al exigir la eliminación de los subsidios a los productos de primera necesidad y destinar las riquezas producidas al pago de la deuda externa.

La propagación del sida es también un factor determinante. En África Austral, al menos una de cada cinco personas que trabajan en el sector agrícola morirá antes de 2020, lo que amenaza seriamente el acceso a la alimentación de los habitantes de la región. De los 35 países que enfrentan graves carencias alimentarias, 24 son africanos.

Se hace evidente entonces que el desarrollo sostenible debe beneficiar a los pobres. En las declaraciones ministeriales y demás declaraciones resultantes de las reuniones regionales preparatorias de la Cumbre de la Tierra, se reconoció de manera general que uno de los desafíos más importantes que plantea el desarrollo sostenible es sentar las bases para que los pobres puedan salir de la pobreza y vivir una vida digna y gratificante.

Una innumerable cantidad de personas muy pobres vive en regiones sometidas a grandes presiones ecológicas y sus comunidades dependen considerablemente de lo que les ofrece la naturaleza. La degradación del medio ambiente natural menoscaba en gran medida su capacidad para satisfacer las necesidades mínimas.

Las iniciativas tendientes a erradicar la pobreza en forma permanente deberán apuntar al logro de una forma de desarrollo centrada en la comunidad que, al mismo tiempo, tenga en cuenta la dependencia de la comunidad local de su medio ambiente natural. Los programas de lucha contra la pobreza y de gestión de recursos deberán unificarse en un marco común que abarque todos los planos, desde la cuenca a que pertenece la comunidad hasta el plano mundial.

En muchos casos, la pobreza va acompañada de desempleo, desnutrición, analfabetismo, baja condición de la mujer, riesgos del medio ambiente y limitado acceso a servicios sociales y de salud, entre ellos los servicios de salud reproductiva, incluidos los de planificación de la familia. Todos esos factores contribuyen a los altos niveles de fecundidad, morbilidad y mortalidad axial como a la baja productividad económica.

La pobreza también está estrechamente relacionada con la inapropiada distribución de la población, el uso insostenible y la distribución poco equitativa de recursos naturales como tierra y agua y un grave deterioro del medio ambiente.

Es necesario entender que las actividades encaminadas a un crecimiento más lento de la población, la reducción de la pobreza, el logro del progreso económico, una mayor protección del medio ambiente y la reducción de pautas de consumo y producción insostenibles, son acciones que se refuerzan entre si.

Los esfuerzos encaminados a eliminar la pobreza requieren inversiones en educación básica, saneamiento, abastecimiento de agua apta para el consumo, vivienda, abastecimiento de alimentos e infraestructura para poblaciones de rápido aumento. Esto sobrecarga economías ya débiles y limita las opciones de desarrollo. Deben crearse empleos para crecientes cantidades de jóvenes que ingresan en la fuerza laboral en momentos en que el desempleo ya está generalizado. Es necesario lograr un desarrollo económico sostenido en el marco del desarrollo sostenible, a fin de dar lugar a todas esas presiones.

Por último, me parece enriquecedor mencionar las palabras de Theodore Panayotou quien en su libro “Ecología, Medio Ambiente y Desarrollo” opina: “Si la sustentabilidad quiere decir que la generación actual de gente pobre debe soportar una situación espartana, con el fin de que la generación siguiente pueda tener un nivel de vida mejor, entonces tal concepto carece hasta del más elemental sentido de justicia entre las generaciones. Por otra parte, si la sustentabilidad significa que las generaciones del futuro deben tener el mismo nivel de vida que la generación actual, entonces tan sólo implica que la pobreza se va a perpetuar.

(…) El desarrollo sostenible debe ser benéfico tanto para la generación de hoy como para las del futuro (...) De hecho la sustentabilidad no se puede alcanzar si no hay crecimiento económico.”



PAUTAS DE CONSUMO Y PRODUCCIÓN INSOSTENIBLES

La pobreza generalizada, las condiciones del medio ambiente, la utilización de los recursos ambientales y el desarrollo económico y social son factores estrechamente vinculados con el crecimiento y la distribución de la población.

Siendo las pautas de excesivo consumo y desperdicio en la producción una de las principales causas de del deterioro del medio ambiente y del agotamiento de los recursos, es entonces necesario prestar especial atención al asunto. Sobre todo el problema está en encontrar el equilibrio entre un desarrollo económico que permita cubrir las necesidades humanas pero, al mismo tiempo, encontrar las estrategias adecuadas para preservar el entorno natural y asegurar le distribución equitativa de los recursos mundiales.

Las pautas de consumo y producción insostenibles están agotando los recursos naturales y causando el deterioro del medio ambiente, a la vez que agravan la falta de equidad social y la pobreza. El reto de desarrollo consiste en satisfacer las necesidades de las actuales generaciones y mejorar la calidad de su vida en maneras que no comprometan la capacidad de futuras generaciones para satisfacer sus propias necesidades.

Por todo ello es necesario introducir cambios de gran envergadura para mejorar la eficiencia de la utilización de recursos en los países desarrollados y en desarrollo. Deberían concertarse compromisos e iniciativas tendientes a promover el consumo y la producción sostenibles, y para ello tener en cuenta los siguientes aspectos:

  • Reducir los patrones de derroche en la producción y el consumo de energía y promover el suministro desde fuentes de energías alternativas y sustentables.

Las energías renovables (ER) son cada vez más utilizadas. Energía eólica o solar, modernas calderas a leñas, calentadores solares, biocombustibles, casas bioclimáticas, todo esto existe ya en el mercado a costos que empiezan a ser competitivos.

Casi todos los especialistas en energía estiman que las ER aportarán 2.500 y 3.300 Mtep (millones de toneladas equivalentes de petróleo) para 2020, mucho más que lo que se obtiene hoy de los hidrocarburos. El mundo industrializado puede reemplazar las fuentes fósiles que ya se utilizan respondiendo a una demanda solvente, mientras que en el sur la penetración de las ER requiere que se genere una solvente demanda adicional de energía.

El ejemplo de la energía solar, llamada fotovoltaica (FV) es esclarecedor: en 20 años 50.000 habitantes de estas regiones pudieron alumbrarse y escuchar la radio gracias a la energía fotovoltaica. Sin embargo, otros 1.900 millones siguen careciendo de electricidad: aun multiplicado por 100, el ritmo de progreso actual, se necesitarían al menos 400 años para satisfacerlos. Cuando se toma en cuenta que la electricidad FV sin conexión a red cuesta tres y cinco veces más que su principal competidor(el motor diesel) se advierte que la FV no será competitiva a mediano plazo.

Ya existe la posibilidad de aportar la energía necesaria de otra manera, de inmediato, a un menor costo. Pero es evidente que los industriales y los gobiernos de los países desarrollados tienen interés en financiar investigaciones en ese ámbito, presentadas como ayuda al desarrollo. Todo sucede como si los países del Norte, inquietos por las emisiones de gas de efecto invernadero, propusieran recurrir masivamente a las energías renovables, salvo en sus territorios, aun cuando allí disponen de los principales mercados, de capacidad financiera, técnica e industrial indispensable. Si se quiere que las energías renovables cumplan la significativa función que pueden cumplir, sería preciso:

1º Que el control del consumo de energía se convierta en una real prioridad para todos

2º Que los países ricos se decidan por fin a explotar el importante potencial del que disponen en este ámbito y dejen que los países en vías de desarrollo accedan a un petróleo no demasiado caro.

3º Que se ayude a los países del sur que poseen importantes recursos en biomasa, hidráulica y térmica solar a movilizar sus propios medios de investigación y desarrollo, y de industrialización sobre proyectos de utilización racional de esos recursos, de alto valor agregado local.

  • Lograr que las empresas asuman una mayor responsabilidad y rindan más cuenta de sus actos mediante procedimientos como la contabilidad de la ordenación ambiental y la presentación de informes sobre medio ambiente.

En 2002 la Cumbre de Johannesburgo subrayó el papel que deberían desempeñar las empresas para asegurar un desarrollo sustentable. Pero en la práctica, los actos virtuosos suelen hacerse esperar y las grandes compañías industriales se benefician enormemente cuando el Estado no interviene.

Los accidentes industriales son una causa de contaminación importante, siendo los más riesgosos los siguientes: las centrales nucleares instaladas a orillas del mar, centros de investigación bioquímica o química, la degradación generada por la minería y la industria petrolera (se estima que en todo el mundo se arrojan al mar 600.000 toneladas de petróleo cada año: 30% proceden de las instalaciones petroleras, el 60% de fugas y de la limpieza del fondo de los buques y sólo 10% de las mareas negras).

También hay que trabajar respecto de las emisiones de gases causantes del efecto invernadero, para establecer metas obligatorias con el fin de conseguir reducciones sustentables de las mismas.

  • Promover el diseño de productos ecológicos, el etiquetado ecológico y otras prácticas de información trasparentes, verificables y no discriminatorias orientadas a los consumidores.

    Promover un modelo basado en el productivismo y el consumo tiene muchas ventajas. Lo más preocupante es el aumento exponencial de residuos, de los que resulta difícil deshacerse. Las estadísticas no reflejan la amplitud del fenómeno, sobre todo cuando se trata de desechos industriales, que participan en el comercio internacional y recorren a veces largas distancias.

    La montaña de residuos de la producción y del consumo complica cada día más a las sociedades urbanas. No sólo la población aumenta rápidamente y consume más, sino que los productos industriales, muchas veces con exceso de embalaje, tienen una vida promedio cada vez menor. Por otra parte, los productos que actualmente se fabrican están compuestos de una cantidad creciente de materiales difícilmente degradables, como el caso de algunos plásticos. Como la capacidad de gestión de los residuos es mucho menor que la capacidad de producción de los bienes de consumo, su acumulación parece difícil de frenar, sobre todo teniendo en cuenta la tasa de crecimiento de algunos países asiáticos muy poblados.

    En cuanto al tema de la importación y exportación de residuos, la primera sorpresa es constatar la dificultad para reunir datos. Sin embargo, las estadísticas parciales muestran un claro aumento de residuos en movimiento.

    En el curso de la década de 1980 se reforzaron considerablemente las normas de protección del medio ambiente en los países occidentales, y se firmaron acuerdos internacionales que reglamentaban e incluso prohibían el transporte hacia los países del sur.

    El tráfico se dirigió entonces hacia los países de Europa oriental y de la ex URSS, y luego volvió rápidamente a los propios países productores de residuos. Esto ocurrió por dos razones: por un lado, el mercado potencial de tratamiento de residuos peligroso es más atractivo para los industriales del sector y, por otro, requiere tecnologías e infraestructuras difíciles de financiar en los países pobres. Los residuos peligrosos pasaron así de la categoría de problema a la de fuentes de ganancias.

    Más preocupante es el hecho de que, bajo la denominación de “reciclado”, los países occidentales envían a Asia o África residuos cuyo tratamiento se juzga demasiado contaminante o poco rentable. El caso de los desechos electrónicos (computadoras, teléfonos, inalámbricos, etc.) es representativo, ya que su volumen aumenta de manera exponencial, la duración de su vida útil disminuye constantemente, varios de los componentes utilizados son tóxicos (cadmio, plomo y mercurio), y se los envía a China, India o Sudáfrica para ser desmantelados y “reciclados”. Esta actividad no sólo pone en peligro la salud de los trabajadores, sino que además contamina el aire, el suelo y las napas freáticas.

    Muchos ecologistas denuncian este tipo de actividad de reciclado y se movilizan para promover nuevas alternativas: replantear la producción teniendo en cuenta el futuro de los productos, tratar los residuos localmente para evitar su transferencia a largas distancias, revalorizarlos como materias primas o fuentes de energías; pero, antes que nada, controlar el consumo.

    Otros puntos importantes a resolver, para lograr la modificación de los patrones insostenibles de consumo y producción son:

  • Poner en práctica programas de asistencia para aumentar la productividad y la competitividad de las industrias de los países en desarrollo y con economías en transición, en particular en las industrias que pueden proporcionar muchas posibilidades de empleo o cuyas actividades tienen grandes repercusiones en el medio ambiente.

  • Prestar asistencia a las empresas de pequeña y mediana escala de los países en desarrollo y con economía de transición, mediante la aplicación de programas de información y capacitación, y aprovechar las oportunidades empresariales de una mayor conciencia de los consumidores acerca del consumo sostenible.


    CONCLUSIÓN:

    El tema de pautas de consumo y producción insostenibles es uno de los grandes desafíos que enfrenta el tan mencionado desarrollo sustentable y por ende toda la humanidad.

    Creo que hoy la clave está en razonar este tema inserto en todo un contexto de causas y consecuencias que lo unen a muchos otros grandes desafíos que tiene hoy la sociedad. Es que hoy abordar este tema implica, a su vez, conectarlo con otros temas como la pobreza, el aumento de la población y por lo tanto un mayor número de necesidades básicas para satisfacer; a lo que se unen las empresas y la competitividad, que selecciona permanentemente quienes quedan dentro del sistema y quienes no, que exige más y más tecnología para aumentar la eficiencia y las ganancias, y que no deja tiempo para preocupaciones a futuro.

    El problema consiste en encontrar el equilibrio entre gobiernos cuya pobreza no sólo no da lugar a otra preocupación más que a la subsistencia y la alimentación de su población, sino que no cuenta con recursos para preocuparse por el desarrollo sustentable; gobiernos cuyo crecimiento es tan ideal que su única preocupación es mantenerlo, perpetuarlo en la historia, y que si bien tienen recursos para emprender un cambio ese cambio no les conviene; y las empresas que no representan a otro interés que no sea la máxima ganancia y competencia (es decir el propio interés), y que hoy en día son entes independientes y es muy difícil para los Estado ponerles límites.

    Esta puja de intereses se agrava aún más cuando el individuo se encuentra inserto en una realidad que lo agobia, una realidad en donde el tiempo es oro, en donde las responsabilidades lo sobrepasan y si las deja de lado sus familias serán quienes sufran las consecuencias. Una realidad que no deja tiempo a pensar, a tomar conciencia, a frenarnos por cinco minutos y recapacitar sobre si vivir así vale la pena.

    Volviendo a citar a Theodore Panayotou en su libro “Ecología, Medio Ambiente y Desarrollo”, destaca: “Tanto el viejo argumento según el cual los recursos naturales son un regalo de la naturaleza y todo el mundo los debe disfrutar en forma gratuita, como la idea de que el medio ambiente es un bien público con el cual no se puede negociar en los mercados, han resultado erróneos a la luz de los hechos concretos, por lo menos. Primero, que los recursos naturales se agotan con rapidez cuando se los considera como bienes gratitos o como propiedad del estado. Cuando el ambiente se concibe como un bien público o como “propiedad de todos”, se convierte a la postre en “propiedad de nadie”. El segundo hecho es que los pobres, en nombre de los cuales se ha excluido del ámbito de los mercados a los recursos y al medio ambiente en forma muy patente, han sido las principales víctimas. El tercero de esos hechos es que en los últimos años se han elaborado y ensayado con éxito muchos enfoques, mecanismos e instrumentos novedosos, cuyo propósito es la incorporación de los recursos naturales y del medio ambiente en el dominio de los mercados”.


    Ojala que Carl Marx se haya equivocado cuando decía que “no es la conciencia de los hombres lo que determina la realidad, sino que es la realidad social lo que determina la conciencia”, ya que esto significaría que hasta que el hombre no vea y padezca en carne propia las consecuencias de un medio ambiente desvastado por completo, hasta que esa realidad no le sea palpable, el hombre no podrá tomar conciencia de que ese escenario debe ser modificado. El problema aquí es que cuando ese momento llegue las posibilidades de mejorar la situación ya van a ser nulas. Se necesita entonces que hoy, el cambio de conciencia, determine el cambio de la realidad; nuestro planeta necesita hoy que el cambio de conciencia sea primero y no que el dolor de las carencias sea el que haga tomar conciencia

El trabajo respecto a la realidad que sufre nuestro único hogar ha comenzado, pero como muchas veces se ha dicho de la teoría a la práctica parece haber un abismo.

. Tenemos libertad, tenemos medios para hacer valer nuestras posturas ante las autoridades, tenemos corazón para que esta realidad no nos pase desapercibida, tenemos conciencia para encontrar soluciones, y tenemos manos para transformar nuestro mundo. Una vez más destaco que hoy más que nunca el trabajo es de todos, porque la realidad que hoy vivimos también es culpa de todos, ya sea porque no queremos verla, ya sea porque si la vemos no nos interesa emprender la lucha para dejar nuestra huella.




    BIBLIOGRAFÍA:

    • Trabajo sobre “Desarrollo sostenible. Aplicación del Programa 21 (Río +10)” realizado por la Oajnu.
    • “El Atlas de Le Monde Diplomatique” penúltima edición, págs: 20 y 21; 24 y 25; 26 y 27; 30 y 31.
    • La población y el desarrollo sostenible: conferencia Internacional sobre la población y el desarrollo, El Cairo (Egipto). Enfoque integrado. w.un.org/spanish/conferenses/acción2.html
    • Programa de Acción de la Conferencia Internacional sobre la Población y el desarrollo: cap. III, Relaciones entre la población, el crecimiento económico sostenido y el desarrollo sostenible.
    • Panayotou, Theodore:“Economía, Medio Ambiente y Desarrollo”, cap. 6 Desarrollo Sostenible y Crecimiento Económico., págs 185 a 190.
    • Rivera, Julio C.: “Instituciones del derecho Civil”, tº I.
    • Raymond, Aron: “Las etapas del Pensamiento Sociológico”, pág. 188.

Carlos Cáceres Valdebenito

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