jueves, 18 de octubre de 2007

Estrategias de promoción de uso sustentable de agua en la Zona Metropolitana del Valle de México


Cruz García Lirios
Universidad Autónoma Metropolitana
México

Publicado en Revista Futuros No 11. 2005 Vol. III
http://www.revistafuturos.info

Resumen

La problemática de abasto irregular e insalubre de agua que se espera en la Zona Metropolitana del Valle de México en el 2025, implica una estrategia a priori y a posteriori considerando el contexto socio histórico de la megalópolis.

Palabras claves: Cambio Climático, Crecimiento Económico, Comportamiento Sustentable.

1. Delimitación del problema

La problemática del agua en el mundo esta interconectada climática y económicamente. Por ejemplo

  • El 97.5% es salada, 2.24% es dulce y solo 1% esta disponible en ríos, lagos y acuíferos para el consumo humano.
  • 113000 km3 de agua, se precipitan anualmente. En el mundo, 7100 km3 se evapora, 42000 km3 regresa a los océanos y se filtra a los acuíferos.
  • Anualmente, el 70% entre 9000 y 14000 km3 mantienen los ecosistemas y sólo 4200 km3 (30%) está disponible para irrigación, industria (23%) y uso domestico (8%). Se estima que en el 2025 el 80% de la población mundial estará en alta escasez (Toledo, 2002).

En el mundo las principales problemáticas en torno al recurso agua son su abasto irregular e insalubre. Se estima que una quinta parte de la población mundial sufre escasez del vital líquido y que cinco millones de personas mueren cada año por beber agua contaminada (Sartori y Mazzoleni, 2003). Dicha situación esta determinada indirectamente por el sistema económico y político Neoliberal a través de: (1) el aumento exponencial de la población en 6000 millones de personas y sus patrones de consumo, (2) la construcción de infraestructura para la sobreexplotación, distribución y comercialización de productos y servicios energéticos, (3) la excesiva producción agrícola y (4) la consecuente contaminación del suelo, agua y aire (Organización de Naciones Unidas, 2003).

En este sentido, se estima para el año 2025 una crisis mundial de abasto irregular e insalubre de agua en la que 2000 millones de individuos no dispondrán de agua bebible.

En México esta problemática se acentúa al ser el onceavo país con más población en el mundo (101,7 millones de personas), con una densidad de 52 personas por Km2 en promedio, una población menor de 15 años que es el 33% la cual contrasta con el 5% que son mayores de 60 años, el 74% vive en zonas urbanas y su ingreso per cápita al año es de 8,790 dólares norteamericanos. Además, su población crece anualmente a un ritmo de 2,1 millones y se espera que en el 2050 aumente 48%, estimando su población para el 2025 de 131,7 (INEGI, 2000).

Al respecto, se estima:

  • El 28% del agua disponible es consumida por el 77% de la población que contribuye con 84% del Producto Interno Bruto (PIB)
  • En contraste, el 72% del agua disponible es consumida por el 23% de la población que contribuye con el 16% del PIB.

La Comisión Nacional del Agua al evaluar los porcentajes de calidad del agua superficial de 393 estaciones en 225 ríos, 81 estaciones en 62 lagos y presas, 26 estaciones en 13 santuarios y sitios costeros, 15 estaciones de descarga de aguas residuales, así como de la subterránea que consta de 228 estaciones en 24 acuíferos, estableció el Índice de Calidad del Agua con valores entre 0 y 100, siendo este último valor excelente, después aceptable, levemente contaminada, contaminada, fuertemente contaminada, y el último como excesivamente contaminada. Demostró que el 60.7% del agua superficial y el 46.3% de subterránea están contaminadas y fuertemente contaminadas, clasificando al agua superficial del Valle de México como excesivamente contaminada con un 32.49.

En este sentido, la Comisión Nacional del Agua (CNA) en su informe de 2004 señala:

  • La disponibilidad del agua por región hidrológica (m3/habitantes/año), en la Zona Metropolitana del Valle de México, esta clasificada como baja siendo la causa principal del abasto irregular de agua.
  • Las inversiones del subsector en zonas urbanas fueron en la ZMVM de 394.200 pesos y se canalizaron única y exclusivamente al saneamiento de aguas residuales.
  • El suministro de agua en la ZMVM es de 68 m3/seg. los cuales provienen de pozos explotados 25.16 m3/seg. (37%), pozos recargados 15 m3/seg. (22%), manantiales .36 m3/seg. (2%), del Río Cutzamala 13.6 m3/seg. (20%) del Río Lerma 6.12 m3/seg. (9%) y saneamiento con 6.8 m3/seg. (10%).

En consecuencia, el agua en el Distrito Federal (Aldama, 2004), esta destinada a la industria (17%), el comercio (16%) y uso domestico (67%) el cual se divide en el uso de excusado (40%), regadera (30%), ropa (15%), trastes (6%), cocina (5%) y otros (4%).

2. Conceptuación del problema

Se aborda la problemática de abasto irregular e insalubre de agua a partir de los fundamentos de la Aproximación Sustentable (teoría de las relaciones entre variables que configuran modelos para explicar un comportamiento comunitario e individual, afectivo y razonado, heurístico y planificado ante la escasez y protección de los recursos naturales).

Desde que se propuso el término Economía Sustentable en referencia a la tasa de ahorro que debe ser mayor a la tasa de depreciación combinada con el capital natural (recursos energéticos y productos agrícolas) y el capital manufacturero, se han planteado sistemas de crecimiento concomitante con los recursos naturales (sobre todo energéticos y minerales) (Guimaraes y Bárcena, 2002).

Sin embargo, hay una distinción entre “crecimiento” y “desarrollo”. El primero, sugiere una compatibilidad con los procesos ambientales que resulta en una explotación moderada de los recursos naturales (Carrillo y González, 2000). En contraste, el segundo implica una armonía con la naturaleza que resulta tanto en el retorno de tradiciones que respetan el medio ambiente como en nuevas identidades tales como bioseguridad y bioética para comprender a la naturaleza y a la humanidad en una sola entidad (Ortiz y Huerta, 2002; Kuri, 2003).

En consecuencia, ante las evidencias de agravamiento e interconexión de las problemáticas económicas, políticas, sociales y ambientales, se plantea una Racionalidad Ambiental definida como una ética de la otredad, un diálogo de saberes y una política de la diferencia (Leff, 2004).

A partir de la Racionalidad Ambiental se deriva un Comportamiento Sustentable definido como lo necesario para retardar el efecto de las problemáticas económicas y ambientales en la estructura de poder actual y futura que ha crecido y crecerá hasta extinguir los recursos naturales, las especies tanto animales como vegetales y el trabajo de quienes se encuentran en las zonas de alto riesgo de dicha estructura (Masera, 2002)

En tal sentido, se gestan conflictos internacionales por la sobreexplotación y transformación de los recursos naturales, su comercialización y distribución en productos y servicios para la humanidad consumista contemporánea sin considerar los efectos en las futuras generaciones. Por lo tanto, el Desarrollo Sustentable, sus programas e instrumentos debieran preservan la estructura del poder económico, político y social, ajustando el empleo, la educación y la explotación moderada de los recursos naturales energéticos y minerales a tecnologías que garanticen este proceso en las siguientes generaciones y sus correspondientes estructuras de poder.

Esto es así porque la acumulación y la concentración del capital, ya no se basan tan solo en la sobreexplotación de la naturaleza y de la mano de obra barata del tercer mundo, sino también en nuevas estrategias de apropiación.

Los estudios en torno a la sustentabilidad han sido planteados a partir de lo que motiva a la gente, cree, percibe, evalúa, conoce y leva a cabo deliberada, sistemática, eficiente y eficazmente más en un sentido de protección a sus descendientes que en un sentido integral de bienestar tanto de la humanidad como de la naturaleza en sus generaciones actuales y venideras. Esto implica la explotación de los recursos naturales en función de las necesidades que una generación antecedente transmite a una generación consecuente.

Debido a que las problemáticas seguirán interconectadas, sólo aspiraremos a retardar sus efectos moderando y mediando la explotación, transformación, comercialización, distribución y consumo de productos y servicios para la humanidad, así como orientando el empleo y la educación a tecnologías que garanticen este proceso en las siguientes generaciones y sus correspondientes estructuras.

La aproximación sustentable puede contribuir en el diagnóstico de la primera fase del proceso de gestión de una política pública planteada por la Comisión Ambiental Metropolitana (2002).

  • Diagnóstico (a través de un modelo de los determinantes de uso de recursos naturales).
  • Formulación conceptual y la planificación de una nueva Política Pública.
  • Legitimación a través de una ley normativa y su ejecución.
  • Evaluación (seguimiento y crítica) de la Política Pública.
  • Actualización (valoración de eficiencia y eficacia) de la Política Pública

Es así como la escasez de recursos naturales tanto energéticos como minerales en los que se encuentra el agua, es un efecto del cambio climático y del Crecimiento Económico. Dicho efecto sobre el comportamiento humano ha sido moderado y mediado por tres entidades:

  • El Estado y sus correspondientes políticas públicas ejecutadas por sus correspondientes instituciones, estudiados principalmente desde la Sociología, la Economía y la Ciencia Política (Hertz, 2002).
  • Las comunidades y su correspondiente innovación, autogestión y transferencia de información, estudiados desde las Ciencias de la Salud, la Antropología, la Sociología y la Psicología (Wiesenfeld, 2001).
  • Los individuos y sus correspondientes percepciones, valores, creencias, motivos, conocimientos, actitudes, habilidades, competencias, conductas y participación estudiados desde la Psicología y la Economía (Bustos, 2004).

La Aproximación Sustentable implica la descripción del Crecimiento Económico, la Autonomía Relativa de las comunidades y los recursos naturales. Es decir, la articulación de una teoría subyacente a algunas proposiciones fundamentales que han sido desarrolladas desde las Ciencias Sociales para explicar el impacto del Crecimiento Económico sobre el comportamiento humano.

En efecto, esta es la tendencia de la ciencia: agrupar de tal modo sus explicaciones en torno a problemáticas para construir un proyecto universal e intergeneracional como el Desarrollo Sustentable. Principalmente, en Física esta articulación se inicia con la propuesta de la Teoría de Supercuerdas, en Química con la Teoría de la Parnakia y desde 1987 la ONU, al formular el Desarrollo Sustentable, plantea entre otras cuestiones, la necesidad de una teoría que articule las proposiciones fundamentales de las disciplinas científicas.

De este modo, ¿Cuáles son las relaciones causales entre las variables que explican el impacto de la situación de abasto de agua sobre el comportamiento humano?

Para responder a la pregunta se modelan ocho variables; (1) Situación de Abasto, (2) Creencias de Disponibilidad, (3) Motivos de Ahorro, (4) Actitudes hacia la Situación de Abasto, (5) Percepción de Control de Fugas, (6) Intención de ahorro de agua y control de fugas, (7) Ahorro de agua y (8) Control de fugas de agua (ver esquema 1). Posteriormente, se establecen las relaciones causales directas–moderadas e indirectas–mediadas entre estas ocho variables y se promociona un uso sustentable de agua.

Esquema 1. Modelación de las variables para predecir el Ahorro de Agua y Control de Fugas

3. Alcances y límites

Los alcances y límites de la aproximación sustentable, estarán en función del siguiente contexto.

Las instituciones académicas promoverán una formación multidisciplinar para facilitar una investigación que explique cuando menos cómo las entidades sean institucionales, organizacionales, tecnológicas o comunitarias van a moderar y mediar el impacto del Crecimiento Económico en el comportamiento humano comunitario y los recursos energéticos y minerales.

Posteriormente, un proceso de selección de variables será necesario para explicar las problemáticas que se derivarán del Desarrollo Sustentable entendido como el nuevo contrato económico, político, social y ambiental que la humanidad debe realizar para preservar a sus generaciones consecuentes en situaciones diferentes a las que nuestra generación ha subsistido.

En el devenir de este proceso, las comunidades tendrán que negociar con los organismos financieros internacionales su inclusión en el nuevo contrato. Para ello, sus miembros deben plantear el futuro de su comunidad más allá de como la han planteado sus ideólogos, más allá de como quieren sus dirigentes que la comunidad subsista, más allá de como sus investigadores simpatizantes conciban la preservación de símbolos, significados y sentidos comunitarios.

Puesto que la tecnología no ha sido desarrollada para preservar los símbolos comunitarios si acaso organizacionales e institucionales, será relevante explicar la emergencia de tecnologías de captación, dosificación, reciclaje y reutilización de recursos energéticos y minerales.

Finalmente, debido a que todo parece indicar que en los próximos 75 años posteriores al año 2025 la humanidad innovara sistemas complejos para estructurar y planificar la migración a otro planeta, será relevante la articulación de la Astrobiología con la Psicología para predecir los comportamientos humanos en una realidad muy distinta a como la hemos atestiguado.

En esencia, este es el contexto y los tópicos que la Aproximación Sustentable tendrá que explicar. Mientras tanto, su enfoque ha sido pertinente en escenarios donde individuos y grupos pueden razonar al mismo tiempo sentir, planificar al mismo tiempo improvisar, sistematizar al mismo tiempo que habituar un comportamiento reactivo y pro activo ambiental.

Referencias

    Aldama, A. (2004). El agua en México: una crisis que no debe ser ignorada. En M. A. Villa y Saborio, E. (coords.). La gestión del agua en México: los retos para el Desarrollo Sustentable (pp. 11-31). México: Universidad Autónoma Metropolitana (Iztapalapa).

    Bustos, J. M. (2004). Modelo de conducta proambiental para el estudio de la conservación de agua potable. Tesis de Doctorado, Facultad de Psicología, Universidad Nacional Autónoma de México.

    Carrillo, G. y González, G. (2000). México: los retos del desarrollo económico y el medio ambiente. Reflexiones Economía y Políticas Públicas. 4, 41-52

    Comisión Nacional del Agua (2004). Estadísticas del Agua en México. México: CNA

    Guimaraes, R. P. y Bárcena, A. (2002). El Desarrollo Sustentable en América Latina y el Caribe desde Río 1992 y los nuevos imperativos de la institucionalidad. En E. Leff, E. Excurra, I. Pysanti y P. Romero (coords.). la transición hacia el Desarrollo Sustentable. Perspectivas de América Latina y el Caribe. (pp.15-34) México: SEMARNAT–INE–UAM–ONU–PNUMA

    Hertz, N. (2002). El poder en la sombra. México: Editorial Planeta.

    Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (2000). XII Censo Nacional de Población y Vivienda. México: INEGI

    Kuri, R. (2003). Mundo indiferenciado entre naturaleza y cultura. Logos; Revista de Filosofía. 91, 75-102

    Leff, E. (2004). Racionalidad ambiental. La reapropiación social de la naturaleza. México: Siglo XXI

    Organización de Naciones Unidas (2003). Agua para todos, agua para la vida. Informe sobre el desarrollo de recursos hídricos en el mundo. Nueva York: ONU

    Ortiz, S. y Huerta, E. (2002). La Bioseguridad una herramienta para el Desarrollo Sustentable. En E. Leff, E. Excurra, I. Pysanti y P. Romero (coords.). la transición hacia el Desarrollo Sustentable. Perspectivas de América Latina y el Caribe. (pp. 363-380) México: SEMARNAT–INE–UAM–ONU–PNUMA

    Sartori, G. Y Mazzoleni, G. (2003). La Tierra explota. Superpoblación y desarrollo. México: Taurus.

    Toledo, A. (2002). El agua en México y el Mundo. Gaceta del Instituto Nacional de Ecología. 64. 9-18.

    Wiesenfeld, E. (2001). La problemática ambiental desde la perspectiva psicosocial comunitaria. Hacia una psicología ambiental del cambio. Medio Ambiente y Comportamiento Humano. 2, 1-19.


    Carlos Cáceres Valdebenito

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